Ellas eran tres hermanas, esposas, madres e hijas y
activistas políticas quienes con un grupo de amigos y amigas militaban en
contra de las injusticias de un dictador y hoy siguen representando la
determinación de las mujeres en las luchas libertarias. De las tres militantes,
Minerva era, según atestiguan quienes las conocieron desde su infancia, la más
bella y de una inteligencia prodigiosa. Ella se casó con un joven dirigente del
partido comunista.
La tragedia de la familia Mirabal se inicia cuando al
asistir a una fiesta en el Palacio de la Gobernación en honor al dictador
Trujillo, donde habían sido invitadas, este conoció a Minerva y se sintió
atraído por su belleza. La familia Mirabal recibió entonces varias invitaciones
de Trujillo en las cuales el dictador intentaba atraer a la joven Minerva,
quien, cansada de sus intentos de seducción, no solo lo rechazó sino que
solicitó al dictador dejar tranquilos a sus amigos militantes y perseguidos por
la policía de Trujillo. A partir de este momento, la familia Mirabal no conoció
descanso.
El padre de las tres hermanas fue detenido. Poco tiempo más
tarde, Minerva también fue detenida, además de varios de sus amigos y amigas
que pertenecían en su mayoría a la clase media alta e intelectual, lo que creó
un clima de tensión nacional muy adverso al gobierno. Trujillo fue obligado
entonces a poner en libertad a las mujeres detenidas.
Sin embargo, varias veces fueron nuevamente apresadas y en
mayo de 1960, Minerva y su hermana María Teresa fueron condenadas a 18 años de
cárcel. Por presión de la OEA y de la Iglesia, fueron nuevamente liberadas
"bajo palabra". Finalmente, las tres hermanas Mirabal fueron vilmente
asesinadas el 25 de noviembre de 1960 con guión de "accidentes" al
estilo clásico que utilizaba la policía cuando ordenaba la desaparición de
opositores importantes.
Hoy día, la historia de las hermanas Mirabal es conocida
también como historia de las "Mariposas", por ser este el nombre
usado por ellas en sus actividades políticas en contra de la tiranía
trujillista. Se consagró el 25 de noviembre de cada año como Día Internacional
de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, ratificado por la Asamblea
General de las Naciones Unidas, el 17 de diciembre de 1999, según Resolución
54/134.
A la hora que se lee esta columna, el mundo entero está
conmemorando este día, que invita a romper cada vez más los silencios sobre
estas tristes e inaceptables zonas de sombra de nuestras sociedades
contemporáneas.
Si bien desde hace algunos años los medios están reportando
estadísticas de violencias de género que nos muestran de manera esperanzadora
que las mujeres están aprendiendo a ejercer su derecho a una vida libre de
violencias y, por consiguiente, a denunciar hechos de violencias contra ellas, aún
muchas personas desconocen las raíces de este día emblemático y la trágica
historia de las hermanas Mirabal.